El libro de Lewis Carroll, pseudónimo de Charles Lutwidge Dogson, matemático y sacerdote anglicano, publicado en 1865, recoge las disparatadas aventuras relatadas por él mismo a unas niñas, las tres hermanas Liddell (Lorina, Alice y Edith). Y presenta, además, multitud de guiños matemáticos y alusiones críticas a las sociedad victoriana de la época. Todo esto hace que Alicia en el país de las maravillas no sólo sea un cuento infantil.
Se pueden encontrar en el texto referencias al álgebra, a la teoría de números, a la lógica y al razonamiento deductivo, a las propiedades reflexiva y simétrica de una relación, a los máximo s y mínimos de una función, a los sistemas de numeración, a las propiedades de la circunferencia sobre rectas... y muchas otras más. Algunas de las interpretaciones matemáticas más interesantes afirman que todas estas ideas fueron añadidas con el objetivo de satirizar los avances matemáticos que a mediados del siglo XIX se estaban produciendo. Según parece, Carroll tenía una visión tradicional de las matemáticas y las teorías revolucionarias que se comenzaron a desarrollar en ese momento, como la geometría no-euclidiana y el álgebra simbolica, no convencían al escritor.
Dejando las matemáticas a un lado, es evidente que sin la sátira feroz que caracteriza al autor, Alicia en el país de las maravillas nunca se habría hecho tan famosa, y Lewis Carroll no sería recordado como el maestro incomparable de la ficción sin sentido.
(vía http://gausianos.com)
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