Semana Santa

La primera luna llena de primavera señala en el calendario la Semana de Pasión. Pasión por las escapadas, por el tráfico en las carreteras, por la llegada del buen tiempo, por descansar de la rutina diaria...

Pasión por la cultura y las tradiciones de los pueblos calatravos, esos pequeños pueblos manchegos que hace algunos siglos estuvieron bajo la protección de la Orden de Calatrava. Tradiciones que se convierten en atractiva ruta turística donde, sin duda, lo único que cabe es disfrutar.

Disfrutar de su popular y delicionsa gastronomía. En estos días no pueden faltar a la mesa el potaje de garbanzos con pellas, el mojete de espárragos y las masillas, ni tampoco dulces rosquillos, flores y barquillos artesanos, como los que preparaban las abuelas.



Disfrutar de sus procesiones. Armaos vestidos con trajes de hojalata y ropajes bordados, y nazarenos con largas túnicas y capirotes puntiagudos al ritmo de tambores y cornetas recorriendo las calles de los pueblos.


Disfrutar de la naturaleza. Pasear por sus caminos arcillosos, entre campos de cereales, olivares y viñedos, recoger espárragos, si se tiene suficiente habilidad para encontrarlos, y observar el paisaje a vista de pájaro desde los cerros.